Desigualdad

11.12.2014 03:12

A lo largo del Siglo XX la Humanidad en su conjunto ha mejorado enormemente sus condiciones de vida, debido sobre todo al desarrollo científico y tecnológico; desgraciadamente eso se ha hecho creando muchas desigualdades, tanto entre países como entre grupos sociales de un mismo país.
Hoy el mundo está dividido en unos doscientos países o estados independientes, cuya actividad económica global -representada aproximadamente por su producto interior bruto o PIB- disminuye enormemente desde los países económicamente más importantes hasta los países muy pequeños o
muy pobres, localizados estos últimos principalmente en el Asia Meridional y el África Subsahariana.
Como el sistema de patentes tiene como objetivo controlar el mercado mediante derechos de alcance estatal, es lógico que sea inexistente o inoperante en los países de poca importancia económica. Generalmente, las empresas sólo patentan como máximo en los cuarenta o cincuenta países económicamente más importantes. En el resto de países los nuevos medicamentos no están patentados, por lo que, si no llegan a la población, no es por culpa de las patentes. La terrible realidad (que desde el Primer Mundo tenemos el deber moral de intentar corregir) es que la mayoría de la población de los países pobres no sólo carece de nuevos medicamentos, relativamente caros, sino que también carece de medicamentos baratos y de cosas aún más esenciales, como alimentos y agua potable.